Pero ya bastante antes, hacia 1870, Pamplona había aprovechado la oportunidad que le brindaba el establecimiento de la estación del ferrocarril del Norte a 2 Km. de la Ciudad para crear allí su primer barrio satélite (...). La estación atrajo a la edificación y alrededor de ella comenzaron a construirse casas y almacenes, siendo el origen de un nuevo barrio, el de la Estación del Norte, lindante con el de la Rochapea.
Entretanto, Pamplona continúa aumentando su población y ésta se ve y se desea para encontrar alojamiento dentro de las murallas de la Ciudad. La presión es tan fuerte que acaba por salvar el obstáculo y empieza a desparramarse por las afueras, (...) los nuevos barrios asi formados de Mochuelo o Milagrosa, Iturrama y San Juan, y el de la Magdalena.
Urabayen, Leoncio. Biografía de Pamplona (1952), p. 222-223.